Mercado del Café Global y Regional

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Se calcula que a nivel mundial se consumen unas 1.4 billones de tazas de café diariamente. La cadena de valor del café emplea a más de 20 millones de personas y genera ingresos anuales superiores a los USD $15 mil millones de dólares para los países productores.[1] En este contexto, Centroamérica y la República Dominicana producen aproximadamente el 11% del café que se exporta en todo el mundo.

Actualmente, el sector cafetalero de Centroamérica se encuentra afectado por el cambio climático, lluvias extremas y sequias, mayor susceptibilidad a plagas y enfermedades como la roya,[2] y el impacto de los bajos precios internacionales, a lo cual hoy debe sumarse los efectos de la pandemia del COVID-19.[3]

En los países de la región los caficultores de baja escala representan aproximadamente entre 77-91% de los productores ocupan alrededor del 35% de la superficie sembrada y aportan el 33% de la producción total. Estos sistemas agrícolas familiares son cada vez más vulnerables al cambio climático.  El cambio climático, y cambios en los patrones de temperatura y lluvias, la perdida de polinizadores naturales y la susceptibilidad a plagas, pestes y hongos, han afectado de manera creciente a las regiones de producción de café en las últimas tres décadas.

Un mercado de café global que permite a individuos y organizaciones comprar café verde como materia prima (commodity), transformarlo y luego venderlo como un producto diferenciado y de alto valor agregado no está generando una compensación adecuada para los productores de café, las familias y las comunidades. En muchos casos, los productores de café especial no reciben un ingreso suficiente de la venta de café para cubrir los costos de producción, y mucho menos para afrontar las inversiones para el futuro.

Esta problemática generó que el 14 de diciembre del 2018, en la 52° reunión Ordinaria de Jefes de Estado y de Gobierno de los países miembros del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA)[4], realizada en Belize, se firmara la “Declaración Especial sobre la producción y comercialización del Café en la región de los países del SICA”. Además, que el 11 de diciembre del 2019, en Reunión Ordinaria del Consego Agropecuario Centroamericano (CAC)[5] en su acuerdo No. 15 se aprobó el plan Estratégico Regional para la Caficultura de Mesoamérica (MESOCAFE)[6] que tiene como objetivo: Fortalecer la sostenibilidad económica, social, ambiental y la competitividad de la cadena de valor del café, con énfasis en el sector productor primario, con el fin de mejorar las condiciones socioeconómicas de las familias productoras.

El Plan MESOCAFE subraya que, “Es necesario diferenciar la calidad del café de la región a nivel internacional y de la Bolsa de Nueva York,[7] para incorporar una nueva categoría en el Contrato C de café suave lavado y poder diferenciarnos del actual grupo de “Otros suaves” donde se vende hoy en día nuestro café.”  La iniciativa propone buscar esta diferenciación con el afán de mejorar los ingresos y medios de vida de miles de caficultores en la Región del SICA.

Cultvando un Mercado Con Mejores Precios[editar | editar código]

El precio C del café es el precio base para el café verde que se comercializa en la Bolsa de Nueva York. El problema con el precio C es que de facto establece un piso para el café comercializado, que a menudo significa que los ingresos de los productores está por debajo de los costos de producción como se analiza en detalle en “El estado actual de la Rentabilidad del café en Centroamérica” (PROMECAFE, 2018),[8] en sus conclusiones reafirma esta situación: “El ingreso percibido por el productor de café no cubre el costo total final de producir un quintal de café.”

Pero el café es un producto mucho más diferenciado, no es una simple materia prima estandarizada (commodity). No todo el café que se comercia como C es de grado C. El arte de producir el café genera una gama de "grados" que nos hablan de fragancias, aromas, acidez, cuerpo y sabor.  Hay un mercado de cafés especiales que de acuerdo a la escala de la Asociación Americana de Cafés de Especialidad (CAA) son los que obtienen puntajes de calidad entre 80 y 100 puntos. El café de especialidad en realidad se negocia por precios más altos. Pero muy pocas personas, y en particular muchos menos productores pequeños, tienen acceso a información sobre ese mercado. La diferencia de precios en el café especial puede compensar los atributos como el café de sombra, la agricultura regenerativa, los suelos saludables y la agricultura resistente al clima.

Según un estudio de Roberts (2020),[9] la cantidad de ingresos adicionales por café verde que podría haberse retenido en los países y comunidades cafeteras en Centroamérica durante la cosecha 2018/19 era US$110 millones si solo 10% de las exportaciones lograran los precios promedios de las exportaciones mundiales de café Arábica. Esta cifra nos ofrece un cálculo de las ganancias potenciales que se perdieron.  Este cálculo representa una estimación conservadora del incremento en valor que se puede obtener por el café especial. Aquí usamos el precio promedio de ICO para colombianos y otros suaves [10](USD$ 1.30) al precio Free On Board (FOB) [11] promedio ponderado informado en la Guía de transacciones de 2019 (USD$ 2.24).[12]

Con la aplicación de precios más apropiados, los mercados mundiales de café pueden ofrecer una mayor prosperidad en las comunidades de la región donde se cultivan cafés especiales. Sin embargo, si los mercados continúan vinculando los precios de los cafés especiales verdes a referencias de precios de productos básicos bajos, seguirán existiendo serias preocupaciones sobre la sostenibilidad del sector. Además, es probable que se verá una continua reducción en la diversidad de café producidos.  Si estas tendencias se refuerzan, es posible que veamos una pérdida de medios de vida y de diversidad genética en la cadena de café.